viernes, 22 de julio de 2011

La Manzana Azul.

Un niño que siempre sintió una espacial admiración por la guitarra y la infinidad de combinaciones de las notas que hay en ella. Contra todo lo que le ordenaban, llegado el día decidió que necesitaba seguir ese camino, por lo que ahorró durante todo un año y salió a la calle con todo el dinero en el bolsillo hasta que paso por un escaparate del centro con su mejor amigo y la vio, tímidamente pregunto el precio de ella, como no tenía para todo se llevó solamente la guitarra. Ese niño ese día se convirtió en adolescente.

Un adolescente inquieto que no quería perderse nada en la vida, a todas horas formándose en lo que le gustaba, estudiando temas y temas de una materia que nadie valoraba. Hasta que llegó el momento que necesitó una ocupación laboral que lo mantuviera. La música había sido una inversión poco rentable, pero aún así el adolescente siguió tocando por bares perdidos entre las carreteras. Un buen día iba con sus dos mejores amigos y recibió una llamada para una entrevista de trabajo de lo que le gustaba. Ese adolescente se fue a la capital con sus mejor camisa y zapatos nuevos y volvió con el trabajo que deseaba. Ese adolescente ese día se convirtió en joven.

Un joven que paso años dedicado a sus dos aficiones por igual, una de ellas destacaba por si solo, la gente siempre lo llamaba para consultarle o pedirle ayuda. La otra que necesitaba de más personas, por momentos iba bien, otras veces no iba nada. Por lo que cada vez fue perdiendo toda la ilusión de aquel adolescente que quería comerse el mundo. Hasta el momento que ya tocaba como una tarea más sin expresar lo que sentía, pero las casualidades son algo inesperado que nos encauza por el camino que deseamos seguir pero a veces nos cuesta encontrar. Un día ese joven acabó en una casa que no era la suya, con su guitarra aunque no se la había llevado para él mismo, y una mujer. Ese joven empezó a tocar notas al azar según sentía como llevaba años sin conseguir. Ese joven se convirtió ese día se convirtió en hombre.

Un hombre tranquilo con la experiencia de todos sus años, su propia filosofía, y todo el trabajo realizado hasta el momento. Ese hombre decidió unir sus dos grandes aficiones la música y la informática para así conseguir poder reflejar su trabajo, sin intención alguna de que se difunda solo por descargar en un sitio parte de él mismo. Y así nació el proyecto de La Manzana Azul.

La Manzana Azul, concretamente nació el martes 8 de este año después de un buen fin de semana donde apareció una ilusión que ya se creía perdida. Y aunque el proceso sea lento la linea a seguir es esa. La Manzana Azul será un proyecto propio, puede que egoísta por mi parte por no querer depender de nadie pero no con ello quiero decir que no vaya a tener colaboraciones sino que el rumbo y las decisiones van a ser mías. Ahora que todo se asienta y tengo tiempo es el momento...

El Caballero del Tiempo Perdido.

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