sábado, 4 de diciembre de 2010

El alternativo viaje.

Sentado en el banco de una estación de tren volvió a despertarse. De pronto vió a una joven mujer que llevaba puesto unos vaqueros desgastados, su camiseta rasgada en algunas zonas inducía a poner los ojos sobre ella. Con su mochila a la espalda subía al segundo vagón de un tren de alta velocidad.

Pero, ¿Dónde se encontraba? ¿Éra un sueño? Metió la mano en sus bolsillos buscando su télefono movil, miró el reloj de su muñeca y vió que eran las dos en punto. Además de el movil encontró una llave de puntos al parecer de una casa con el número nueve grabado. En ese momento se escuchó el ultimo aviso del tren por megafonía, entonces subió al primer vagón y observó por la ventanilla, dos policias atravesaban el gran portón del andén fijandose en el segundo vagón.

Pero ya era tarde, el tren comenzó su trayecto y con la sensación de haber estado en una situación similar sacó de su bolsillo el movil. Revisó la agenda que solo contenia un contacto sin nombre, tan solo aparecia un asterisco y le dió a llamar. En ese preciso momento la mujer de antes apareció y le preguntó que si estaba libre el asiento junto a él. Colgó el teléfono y asintió con la cabeza. Ella se sento a su lado y saco de su mochila un reproductor de música.

Quieres escuchar algo? le pregunto ofreciendole uno de los dos auriculares. Esta vez el sonrió y asintió con la cabeza. Entonces empezaron una conversación que duró todo el viaje, en ocasiones el miraba su pelo liso que caia sobre su hombro. Ambos estaban a gusto conversando.

El tren llegó a la última parada y ambos bajaron juntos. Ella preguntó que si tenía algo que hacer, él se encojió de hombros. Acompañame, dijo y el empezó a caminar junto a ella. Llegarón a su puerta la cual era el número nueve lo que le hizo recordar la llave de su bolsillo. Subes? ella preguntó.

Esta vez el negó con la cabeza. Ya nos veremos por aquí, exclamó y se volvió para continuar su camino. Ella lo detuvo, eh! Espera. Con los brazos en su cuello se quito una especie de colgante y se lo pusó a él. Es para que te acuerdes de mí, es una bala con historia y le besó en la mejilla. El giñandole un ojo le prometió que la llevaria siempre y la grabaría con su propio nombre. Ella subió a su piso, soltó la mochila a la entrada se dió una ducha rapida y se sentó mirando su movil lamentandose no haberle dado su número.

Entonces ella despertó del sueño, estaba tumbada en su cama. Había sido un sueño tan real, pensó. Y en ese momento algo se iluminó en su mesilla de noche, él la estaba llamando.

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