La decadencia de lo Azul...

Me apresuré a dar un paso para entrar, pero en ese mismo instante algo me sostuvo.

"Hijo, ¿Estás seguro?" Me dí la vuelta y observé a un anciano que le sujetaba por el hombro.
"¿Qué hay seguro en esta vida viejo? Respondí."

Algo en él me resultaba familiar no sabía el porque. Su reloj del color de la plata era tan llamativo como llamativo éra que estuviera parado en las doce menos diéz. Aún asi me volví a mirarla, ella todavia sonreía, pero como si de un holograma se tratase parecía desvanecerse.

"¿Ves qué no es real? ¿Estas seguro de lo que vas ha hacer?"
Por un momento dudé, llevaba años esperando ese momento, tantos que ya no distinguía entre la realidad y la ilusión.

"En esta vida hay que apostar viejo..." Contesté.

"Pero si apuestas sin usar la cabeza puedes perder algo más que la propia cabeza" No entendí a lo que se refería. Pero enseguida me señaló hacia un sendero que llegaba hacia un bosque.

"Toma papel y pluma. Escribe que la esperarás allí, dejalo dentro y espérala. Si de verdad es real irá en tu busqueda" Y así lo hice, algo en el me inspiraba confianza, partí camino al bosque para esperar con la única garantía de que si me encontraba podría estar totalmente seguro.

"¡Adiós viejo!" Fué su despedída, mientras subía el sendero pensé en el largo viaje que le esperaba, tan largo como sabía que había sido el mio ya que aunque él no se hubiera dado cuenta yo una vez fuí él y del mismo modo él una vez será yo.

Una vez lo perdí de vista mire mi reloj, que empezó a funcionar y sabía que tenia hasta las doce en punto para acabar aquello. Cerré la puerta, y apoyando cada uno de mis ancianos brazos en un lado de cada marco, empujé hasta arrojar la habitación azul por el precipicio que sabía que se encontraba detrás. Después de ese esfuerzo, me desvanecí en el suelo fallecido, ya que sabía y siempre había sabido que este éra el final de toda la historia....